Los sonidos insistentes del timbre y los gritos en el portal me
despertaban de un plácido y feliz sueño del que casi… no me podía
despertar, todo parecía perfecto en aquella mañana de enero fría…
-
¡¡¡Inmediatamente¡¡¡ viene la ambulancia ¡¡deprisa, deprisa¡¡, Dios
mío algo grave la está ocurriendo Sra. Del Río… levántese por favor,
levántese…
- …tranquilo no alborote, no voy a correr... me tengo
que pintar los labios, los tacones, darme la crema y peinarme… váyase
no voy a correr… Doctor, tranquilo, tranquilo le va a dar un infarto…
La
ambulancia corría deprisa, el pabellón era blanco, limpio, amplio,
recién pintado nadie sabía lo que allí guardaba el destino.
- “Necesita 5 bolsas de sangre, rápido enfermera ponga una vía, está muy débil”
- “Sonríe con la alegría de una veinteañera… su aspecto joven milagroso no da muestras de la verdadera realidad… “
La noche se hacía larga, las gotas del suero y el plasma bajaban despacio …
Amanecía
un día más… maravilloso, una día para seguir soñando… disfrutando de la
compañía de los que amar, abrazar, escuchar, vivir… unos minutos
mágicos más … como cada día de vida de cada ser vivo, de cada nuevo
despertar …
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III Certamen de relato corto... para mesilla de noche
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